martes, 28 de junio de 2016

The “bride” goes white and… shiny?

Marco Paulini - Peru
 
The silence was broken by the bells ringing, while dizzy white birds flew around gracefully over who congregated for wishing them prosperity.
His impatience vanished when he saw her. A smile was drawn on his face looking at her 14-spring-old beautiness. His happiness could be seen, and how he proudly waited for her, like whoever waiting for recognizement for having a won  battle.
She went white, shiny, held in the arm by her father, who accompanied her to the shrine, while her pretty-well-dressedmother cried.
“It’s better so. Every woman reaches the time to begin a nest,” another women, all outfit straight for that moment, said her.
“Be proud. Not all of us could went out white-dressed like your daughter,” another one said.
“If he isn’t, somebody else will bring her out,” someone else said.
“She’s getting married as God command -  nobody could criticize her,” another one else whispered.
From the congregated there, an angel watched the scene and cried remembering all the happy lived moments next to her older little sister and, eyewitnessing all events ending into a wedding, could not stop asking: “will this happen anytime to me too?”
She was seen beauty walking to the shrine  while a girl guided her way with a little basket full of rose pieces. She, excited by the wedding song, felt overwhelmed by so many feelings. She tought inside “In the end, who doesn’t want having an assured future beside a rich man, on his forties also? He has got madurity what a boy of my age doesn’t.”
She encouraged, preferred just thinking if to bring Julieta, his companion since she was just 7 years old wwhen Aunt Matilde gift her, to her new home would be badly seen. Even when Julieta, her doll, was old, she was her only ssecret keeper.
Behind her veil, innocence and femenity of her years could be drawn. Her veil and her hair curl playfully was hidding the rouge after the slap she was infringed by her father the night before, when she confessed him she didn’t want to get married, while her inmacullate white dress simulated well she was two months of pregnancy.
An almost angelical choir sounded while her father deserved his babe to the sorry rapist.
Then, are you the bride or who waited for her? Continuing or stoping gender violence depends on you.
 

lunes, 27 de junio de 2016

Blanca y radiante ¿va… la novia?

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El silencio fue interrumpido por el repicar de las campanas mientras atolondradas aves blancas revoloteaban graciosamente sobre quienes se congregaron para augurarles prosperidad.
 Su impaciencia se disipó al verla. Una sonrisa dibujose en su rostro contemplando la hermosura de sus catorce primaveras. Se podía ver la alegría de él, y cómo orgullosamente la esperaba como quien espera el reconocimiento por haber ganado la batalla.
Blanca y radiante iba ella, sostenida del brazo de su padre quien la acompañaba hacia el altar, mientras su madre en sus mejores prendas lloraba; otras mujeres, vestidas todas para la ocasión, le decían
- Es mejor así: a todas nos llega la hora de formar un hogar.
Otra decía
- siéntete orgullosa; no todas hemos podido salir de blanco como tu hija.
Alguien más decía
- si no es él, alguien más se la llevará.
otra más susurraba
- Se está casando como Dios manda; nadie podrá criticarla.
Un ángel de los que allí se congregaban espectaba la escena y lloraba recordando todos los momentos felices que vivió junto a su hermanita mayor, y, testiga de todos los eventos que culminaron con un matrimonio, no podía dejar de hacerse la pregunta - ¿Esto me sucederá alguna vez a mí también?
Hermosa se le veía caminando hacia el altar mientras una niña con una canastita llena de pétalos de rosa guiaba su caminar. Ella extasiada con la marcha nupcial se sentía abrumada por tantos sentimientos. Para sus adentros pensaba “al fin de cuentas, ¿quién no quiere tener un futuro asegurado al lado de un hombre acomodado?; además ya cuarentón, tiene la madurez que un chico de mi edad ni tiene…“
Se llenó de valor, prefirió solo pensar en si se vería mal que a su nueva casa llevara a Julieta, quien fue su compañía desde que la tía Matilde se la regaló cuando apenas tenía siete años, y aunque Julieta, su muñeca, estaba vieja, era su única confidente.
Tras su velo podía dibujarse la inocencia y feminidad de sus años. Su velo y el rizo de su cabello juguetonamente ocultaban el moretón producto de la cachetada que la noche anterior le propinó su padre cuando ella le confesó que no deseaba casarse, mientras, su inmaculado vestido blanco disimulaba bien sus dos meses de gestación.
Un coro casi angelical sonaba mientras el padre entregaba a su nena al infeliz violador.
Ahora bien, ¿eres la novia, o quien espera a la novia? De ti depende seguir o parar la violencia basada en  género.

martes, 7 de junio de 2016

¡Macho que se respeta!

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Como varones, desde muy pequeños nos van configurando para asumir y creernos el cuento de que pertenecemos a un colectivo superior, el hecho de ser hombres, con características que están por encima del colectivo femenino.
Por el contrario, del otro lado, la sociedad impregna en las mentes femeninas que están al servicio del varón. Lo realmente triste es que esta información no se trasmite de manera directa, sino que va mellando en la conciencia de cada individuo a través de actos cotidianos
Aquí algunos ejemplos:
  • el niño puede salir a jugar a la calle con sus amigos a “la guerrita”, mientras la niña debe quedarse en casa con la mamá mirando cómo una mujer “llena de valores” sufre por el amor de un hombre en una telenovela.
  • el padre sale de viaje y le dice a su pequeño hijo: ahora tú eres el hombre de la casa; cuida a tu mamá y a tu hermana; y a la niña le dice; hazle caso a tu hermano porque él es varón.
  • Carla, de 16 años, pide permiso a sus padres para ir a pasear; éstos le dan el permiso con la consigna de que debe ir acompañada por su hermano Luis de 8 años para que la “cuide”
  • llega la navidad y a pedrito le regalan una pistolita por ser hombre; mientras a rosita un set de cocina porque ella es mujercita.
 
Machote latino  
Visto desde este enfoque, la masculinidad no es otra cosa sino la suma de conductas, cargos y roles que la sociedad impone y supone sean desarrollados por los “verdaderos hombres” sin siquiera tomar en cuenta los sentimientos de éste.
Por desgracia en américa latina existe un estándar dominante y superior de “verdadero hombre masculino” que no deja espacio para los hombres que no se alínean a este estereotipo, sino que pasan a ser considerados “hombres raros” y blanco del asedio de los “verdaderos hombres” y en algunos casos “descartados” por las mujeres, al no cumplir con los estándares que la sociedad espera de ellos.
A pesar que “la actual sociedad trata por igual a todos los hombres”, también esta espera que todos exterioricen lo que se espera de ellos; si somos más analíticos nos daremos cuenta que hay diferencias físicas, biológicas y psicológicas entre los hombres y que es incongruente esperar la misma reacción “masculina” en todos los hombres ante los diferentes estímulos de la vida.
Así por ejemplo encontramos hombres que tienen características que se supone son netamente femeninas: más sensibles, más débiles, menos agresivos, más creativos, etc. Sin dejar de ver que esto mismo aplica para las mujeres; así encontramos mujeres más fuertes, poco expresivas, menos creativas, etc.
Cuando llegamos a este punto nos damos cuenta que esto causa gran malestar en el hombre que no cumple los estándares, teniendo que reprimir muchos sentimientos y modificando conductas y aun creando conflictos internos, para poder cumplir con lo impuesto.
Sin embargo existe una minoría, y aquí también tenemos hombres que lejos de alinearse, libran su propia batalla contracorriente, logrando crear un espacio para expresar su masculinidad de forma libre y respetada por la sociedad, y que para nada tiene que ver con diferente orientación sexual.
 
Los hombres no lloramos  
Un criterio inapelable para ser “un verdadero hombre” es el desollamiento de toda expresión sentimental, y esto lo vamos aprendiendo e interiorizando desde muy pequeños al ser considerados “maricones” ante la expresión del miedo, la vergüenza, la ternura, la compasión entre otros, por ser estos sentimientos, supuestas expresiones netamente femeninas y por lo tanto desvalorizadas, porque ser mujer es ser inferior y dependiente, y que va en contra del concepto de “hombre fuerte, realmente masculino y por lo tanto dominante”.
Aquí el análisis de lo expuesto devela y da respuesta del por qué la violencia basada en género (VBG)  es un tipo de violencia fantasma, y podemos apreciar que ante la amenaza del supuesto poder otorgado al hombre por ser hombre e insensible por imposición social, tiene que imponerse y doblegar cualquier amenaza de superioridad femenina; mientras la mujer asume que es natural su sumisión y que ante su sublevación es natural esperar una reacción agresiva por los hombres de su entorno, porque así fue formada, y por lo tanto la violencia pasa desapercibida.
Sin ánimos de ofensa o defensa lanzo la pregunta:
¿Deseas alinearte?